No a la Ley Sinde

lunes, 6 de septiembre de 2010

¿Una imagen vale más que mil palabras?

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, pero ¿es cierto? Probablemente no. Es muy probable que las imágenes impresionaran a nuestros mayores, pero hoy es un hecho que la gente no muestra un ápice de sensibilidad hacia la imagen. La imagen ha dejado de tener valor de tanto uso, lo muestra todo y no deja sitio a la imaginación, mientras más explícita sea mejor y menos posibilidades para el observador. Sin embargo, la palabra es otra cosa. La palabra evoca, se une a nosotros para siempre en nuestra mente en forma de cadencias, de versos, de eslóganes pegadizos, de deliciosos vocablos que sin motivo aparente nos encanta pronunciar, o ¿es que alguien se acuerda del nombre de alguno de los productos que muchos eslóganes publicitaban? "El frotar se va a acabar" decía una mujer cuya cara ya he olvidado, "In nature there is nothing melancholy" me repito siempre que me encuentro frente a la naturaleza gracias a un libro inolvidable. Quizá sea el momento de aquello que Platón llamaba "lo bello".
No hace mucho, en una entrevista bastante jugosa Harold Bloom se quejaba de la absurda necesidad actual de tener que disfrazar a los niños con el fin de que éstos puedan entender mínimamente las obras shakespereanas (disfraces de personajes como Othello, Hamlet o Macbeth). Por su parte, William Blake, hablaba de la salvación por el arte, la vía estética como vehículo de salvación. Afirmaba que Jesucristo era un esteta porque se expresaba en parábolas, que no es sino una forma artística de transmitir un mensaje. Sin duda es el momento de educar a los niños en la lectura, de enseñarles que existe una sensibilidad oculta para ellos detrás de todas esas imágenes, debemos aprovechar la debilidad de la foto porque Blake tenía razón: el Arte es Educación y, por tanto, una forma de salvación segura en ésta y en cualquier vida.
Ya no nos dice nada ver muerte o sufrimiento, ocurre a diario y en todas partes. Ya no nos emociona ver a alguien pasándolo mal, no avanzamos, no aprendemos, no crecemos, la catharsis se complica hasta su extinción.
Es del todo probable que los creadores del siguiente anuncio entendieran que con imágenes crudas y duras no es suficiente y en un intento por convencernos a todos decidieran revestir de belleza uno de esos momentos:

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