No a la Ley Sinde

martes, 29 de marzo de 2011

Maquiavelo, Camus y Rubalcaba


Nicolás Maquiavelo (1469-1527), por su obra El Príncipe, es considerado uno de los padres de la Modernidad. No hay político contemporáneo que no haya leído su obrita, ni persona de oscuras intenciones que ignore su figura. A Maquiavelo le debemos la separación moral-política, la enseñanza de que los soberanos deben, a pesar de todo y de todos, establecerse en el poder, conservarlo, y lo que es peor, planta en Europa la semilla de que en política el fin siempre justifica los medios.

No se vaya a pensar con esto el lector que el florentino invita a cabrear a los súbditos, nada más lejos de la realidad, Maquiavelo da las claves para manejar todos y cada uno de los resortes del poder en aras de permanecer en él. El Príncipe es un tratado digno de ser leído, es más, dudo que exista sobre la tierra un sólo mandatario que no lo haya hecho ya. Pues bien, hoy me entero de que el Vicepresidente del Gobierno Pérez Rubalcaba presume frente a la televisión de avisar a terroristas (ETA) refiriéndose al chivatazo del famoso Caso Faisán, pero ¿cuál es su excusa? Pues que el fin justifica los medios, ni más, ni menos:


De todos modos no nos alarmemos porque así como la historia nos maldijo con la obra de Maquiavelo, nos bendijo también con la de Albert Camus. Fue Camus el que dirá mucho tiempo después que "En política son los medios los que deben justificar el fin", es decir, que abogará por la unión ética-política que tan necesaria nos resulta hoy, además, tengo entendido que existe un partido nuevo que ya está en ello. Seamos positivos, más pronto que tarde se hará justicia. Sólo hay una cosa que me inquieta en todo este asunto, el fragmento de un párrafo de Maquiavelo que parece escrito para Rubalcaba:

"Los hombres en general juzgan más por los ojos que por las manos; porque el ver pertenece a todos, y el tocar a pocos. Todos ven lo que pareces, pero pocos comprenden lo que eres" (El Príncipe, XVIII, 5)