No a la Ley Sinde

jueves, 21 de junio de 2012

La realidad española

Lo único que se puede inferir de los acontecimientos sucedidos desde el Franquismo, pasando por la Transición española, y llegando a la actualidad es esto: a los gobernantes les sobra la ciudadanía. Lo único que quieren de nosotros son tres cosas: que paguemos impuestos, que los votemos y que los dejemos deshacer a su gusto (salvo UPYD ningún grupo político ha hecho algo verdaderamente digno de mención).

A Rajoy le molesta tener que dar explicaciones, es como si no nos debiera nada, como si ser Presidente de un país no fuera consustancial a la ciudadanía, más bien circunstancial, un hecho fortuito que persiste para su desgracia. Y ello a pesar de todas las medidas que se han tomado: sistema electoral que no refleja la realidad, desconvocar el Debate sobre el Estado de la Nación, que el empleo dependa íntegramente del Estado, politización de las Cajas de ahorro, politización del Poder judicial, etc.

Ayer me decía un amigo: "la política se está desmoronando, les estamos viendo las caras".  Y es verdad que ya no se ocultan como antes, pero porque no pueden gracias a fenómenos como internet o la globalización. Yo sólo espero tres cosas de los políticos: que caigan pronto, que se aparten del camino de los españoles y que devuelvan lo que nunca les ha pertenecido: nuestra libertad.

martes, 5 de junio de 2012

Brevedades


Desconfía del filósofo amante de neologismos con guiones. Por lo general, estos neólogos abusan de la paciencia de sus lectores.

domingo, 3 de junio de 2012

Al César lo que es del César...



Al igual que el sindicalista Braintree, el personaje chestertoniano que descubrió que tenía más en común con los ricos que con los pobres, los españoles vamos descubriendo poco a poco que tenemos más de pobres que de ricos. Según el filósofo español con residencia en Alemania Heleno Saña, haciendo honor a su apellido, la izquierda es el reverso de la Iglesia: las dos instituciones buscan, por medio de homilías, hacer sentir mal al español de a pie con discursos morales en los que como poco nos sugieren que hemos gastado más de lo que debíamos, que hemos estudiado más de lo que debíamos, que hemos comido más de lo que debíamos, que hemos trabajado menos de lo que debíamos, que hemos cotizado menos que el resto de los países, que hemos pagado menos impuestos que los demás, que hemos permitido entrar a demasiados inmigrantes, etc. Hoy descubrimos que esa turba es trina, tiene tres caras y una de ellas pertenece al PP que se suma a las homilías religioso-políticas del PSOE para fustigar sin piedad al trabajador y condenar al parado.
 Pero, ¿qué hay de cierto en sus reproches? Es posible que los españoles vivieran por encima de sus posibilidades, no lo niego; pero no es menos cierto que nosotros no hemos construido más de 50 universidades inservibles (ninguna se encuentra entre las 200 mejores del mundo); no hemos construido líneas del AVE convirtiéndonos en el segundo país del mundo con más líneas (después de China);  tampoco hemos politizado las Cajas para convertirlas en cajas fuertes de las CCAA y los sindicatos; no hemos creado la LOGSE, la LOE y demás monstruos para directamente mandar al paro a nuestros estudiantes; no hemos permitido que un alcalde se ponga el sueldo; no hemos destrozado la Sanidad y la Educación pidiendo las competencias al Estado para luego querer devolverlas como si aquí no hubiera pasado nada; tampoco hemos sido nosotros los que hemos pedido que el voto de un vasco valga más que el de un canario, o que el voto de un canario votante de UPYD valga menos que el de uno votante de Coalición Canaria; no somos nosotros los que tenemos cinco coches oficiales por si se estropea uno; no somos nosotros los que hacemos desaparecer 7.000 millones de euros de una Caja Pública y queremos pasar página; tampoco hemos sido nosotros los que hemos construido aeropuertos con 115 pasajeros mensuales; y creo no equivocarme si aseguro que no  hemos politizado los tres poderes públicos por si acaso nos coja el poder judicial, ni hemos gritado al respecto aquello de lo que presumía Alfonso Guerra: "¡Montesquieu ha muerto!"; no es nuestra culpa que hayan más embajadas de las CCAA en el mundo que españolas; tampoco que se hayan creado televisiones a mansalva para lanzar mensajes de tranquilidad a la población en caso de que se le olvide quién manda; no tengo noticia de que exista un sólo ciudadano que sea favorable a que un partido político no se autofinancie; y creo que no hemos dado dinero público a los sindicatos (en Alemania se autofinancian); tampoco cerramos ambulatorios para poder doblar al catalán películas que se entienden en español; no se nos preguntó sobre la aprobación en el Senado de un sistema de traducción simultánea entre españoles que se niegan a hablar el idioma común; por no hablar de la corrupción; etc., etc.
Lo que sí me consta que hacen los ciudadanos es pagar todo lo anterior con el sudor de su frente. A estas alturas de la película creo que a nadie se le esconde que nuestro sistema estatal es a duras penas sostenible. Tenemos un Estado demasiado grande y pesado, mastodóntico, que busca sobrevivir a pesar de sus ciudadanos. El gran Jean-FranÇois Revel lo llamaba "Estado megalómano".
Por su parte, nuestros políticos han convertido la democracia en una teocracia, se niegan a hacer las reformas necesarias intentando convencernos de que el sistema autonómico responde casi a un designio divino ("consustancial a España" creo que fueron las palabras del ministro Montoro). Por supuesto, se han hecho ricos a nuestra costa y no van a desmontar este régimen venido a menos. 
No sé cómo estarán viviendo la crisis las demás Comunidades Autónomas, pero aquí en Canarias está resultando brutal. Aunque tuvimos un golpe de suerte, la solución a todos los problemas vino de la mano de Paulino Rivero que cuando peor estábamos creó un nuevo cuerpo de policía: la policía canaria, que se sumaba a la guardia civil, a la policía nacional, a la policía local y al G.O.I.A. (Grupo Operativo de Intervención y Apoyo -policías locales con poderes nacionales-). Así y todo, esa nueva policía no sabía qué competencias asumir porque ya estaban todas cogidas. Finalmente, creo que don Paulino los metió en Hacienda para perseguir al defraudador ¡Cómo no! No vaya a ser que algún ciudadano bribón pretenda quedarse con lo recaudado...
Por si fuera poco, Arriola, el asesor del PP, ha asegurado que "No tenemos que avergonzarnos del nivel de nuestros políticos" ¡Vaya hombre! Supongo que entonces sólo nos queda expresar nuestro agradecimiento. Recemos juntos: 


Estado nuestro,
que estás al acecho,
glorificado sea Rajoy;
vivan de nosotros tus taifas;
hágase tu voluntad 
así en mi casa como en mi bolsillo.
Danos hoy nuestros tres parados al minuto;
perdona nuestras deudas,
como  también perdonas las de Bankia;
no nos dejes caer en la inflación,
y líbranos del rescate.
Amén.