No a la Ley Sinde

sábado, 25 de septiembre de 2010

Lucrecio


Massimo Cacciari ha llegado a afirmar que el espíritu de Europa y su concepto nace en Grecia junto a la autonomía de la Razón en oposición a los dislates de la religión, de los dogmas o de lo sagrado. El poeta clásico Tito Lucrecio Caro es el paradigma de esta afirmación. Leer su obra De rerum natura ("De la naturaleza de las cosas") es incurrir en una suerte de intentos racionales por ayudar al temeroso -al lector- a despejar cualquier duda que pueda tener, pues el desconocimiento se transforma siempre, tarde o temprano, en miedo infundado.

La obra citada consta de seis libros y, a pesar de ser atomista y de seguir a su maestro Epicuro, el poeta romano da verdaderas muestras de ser un adelantado a su tiempo. Por encima de todos sus esfuerzos se destacan dos nada desdeñables: 1. su defensa del ateísmo, donde hace apología de la Razón, casi, casi preludiando al propio Kant y al lema de la Ilustración por él preconizado Sapere aude! ("¡Atrévete a saber!"); y 2. su defensa de la finitud o mortalidad del alma, donde sostiene que como no hay alma tampoco hay más allá, y por tanto, nada que temer: Animam esse mortalem fataere necesse est.

Por otro lado, fue Cacciari el que también definió a Europa como "libertad que libera", es decir, libertad que estriba sobre la necesidad de liberarse a uno mismo y a otros a un tiempo. Y esto también es perfectamente reconocible en Lucrecio:

Deja de desechar, despavorido
de aquesta novedad, la razón misma;
pésalo tú con juicio más delgado,
abraza mis verdades si son ciertas,
o ármate contra ellas, sin son falsas;
con la razón el ánimo examina
lo que hay del otro lado de los muros
del orbe, en los espacios infinitos,
hasta do quiera penetrar la mente,
y el espíritu libre remontarse.

Se aprende a caminar caminando, a montar en bicicleta montando y a estudiar estudiando; la felicidad de leer La naturaleza de las cosas sólo es comparable a la felicidad sentida por quien se sabe un poco más libre tras su lectura.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un Poema de Borges

LA PRUEBA

Del otro lado de la puerta un hombre
deja caer su corrupción. En vano
elevará esta noche una plegaria
a su curioso dios, que es tres, dos, uno,
y se dirá que es inmortal. Ahora
oye la profecía de su muerte
y sabe que es un animal sentado.
Eres, hermano, ese hombre. Agradezcamos
los vermes y el olvido.


Jorge Luis Borges, Cifra.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cervantes y Shakespeare


Mucho se ha escrito sobre estas dos grandes figuras de la Literatura Universal. Existe un deseo morboso de unir a estos dos grandes genios a cualquier precio porque son las figuras más representativas de la literatura española e inglesa. A este respecto, fue Jorge Luis Borges el que afirmó que los escritores más emblemáticos de los distintos países suelen ser por lo general los menos representativos de ese lugar; así, William Shakespeare es el escritor menos inglés de Inglaterra, Goethe el menos alemán, y en Francia, reconoce el autor que no está claro, pero que la gente se inclina por Víctor Hugo aunque éste tampoco supone una excepción a la regla.

Sobre Miguel de Cervantes lo sabemos casi absolutamente todo de su biografía, sobre Shakespeare apenas sabemos nada. La ausencia de datos biográficos del último ha provocado que se dé lo que se denomina la "cuestión Shakespeare" -algo muy similar a la "cuestión homérica"-, que no es otra cosa que poner en duda la autoría de las obras del escritor nacido en Stratford-upon-Avon. Se ha llegado incluso a afirmar que el verdadero genio escondido detrás de Shakespeare era Sir Francis Bacon (escritor de la primera novela de ciencia-ficción de la historia literaria titulada Nueva Atlántida) ; e incluso se ha acusado al brillante, misterioso y polémico Christopher Marlowe de ser la verdadera mano maestra en la sombra.

Ni Miguel ni William se conocieron personalmente; pero sabemos que Shakespeare leyó, o al menos conocía, la primera edición del Quijote, que fue vertida al inglés en 1612 por Thomas Shelton, puesto que la Royal Shakespeare Company verificó en 2007 la autenticidad de una comedia titulada Historia de Cardenio (Ed. Rey Lear) y que viene firmada nada más y nada menos que por William Shakespeare y John Fletcher (un poeta de la Escuela metafísica inglesa).

El manuscrito fue encontrado en el Siglo XVIII por uno de los editores shakespereanos más famosos: Thomas Warburton. Y hoy podemos disfrutarla gracias a Charles David Ley, un hispanista inglés que dedicó su vida a demostrar que la obra encontrada por Warburton no era otra que la que constaba como Cardenio en una remota lista de obras preparadas a ser representadas por deseo de John Heminges en 1613 y que no sólo no fue representada jamás, sino que según ese escrito era de elaboración conjunta entre Shakespeare y Fletcher (tengo para mí que sólo las dos últimas páginas pertenecen al Bardo de Avón, pero es una conjetura). Desde luego, es una lectura obligada -al margen de su calidad-, porque un descubrimiento así no ocurre todos los días.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bailando se entiende la gente

Esta semana he estado preparándome en un curso para ejercer como mediador intercultural, puede que me concedan la beca o puede que no, el tiempo lo dirá. En cualquier caso, siempre he tenido para mí que lo que nos iguala es más y mejor que lo que nos diferencia como seres humanos. Se aprende y se crece con los otros, viviendo en sociedad. Yo, que soy una persona que pasa más tiempo leyendo que relacionándome, pienso siempre en una frase buenísima de la película de Richard Attenborough Tierra de penumbra, donde se dice que "leemos para saber que no estamos sólos", es decir, que incluso en soledad buscamos compañía y quizá esta afirmación sirva para otras muchas cosas: ver televisión, realizar deporte, estudiar en la biblioteca, etc. Y la pregunta pertinente es si, como dice la antropología cultural, el hombre es un ser social por naturaleza, ¿por qué no potenciar nuestras habilidades sociales a lo largo de toda la vida? Aquí les dejo un vídeo de alguien con habilidades sociales capaz de hacer felices a unas cuantas personas y, por qué no decirlo, de unirlas a través del baile.

sábado, 11 de septiembre de 2010

En busca del ciudadano ideal


Napoleón Bonaparte era de origen italiano y pretendía imperar en un mundo tan francés como sus conquistas pudiesen permitirle; Adolf Hitler era austríaco y deseoso de ser un buen alemán luchó toda su vida por crear la raza aria, lo que se tradujo en un holocausto. En la actualidad, Nicolás Sarkozy, de ascendencia húngara, lucha con todas sus fuerzas por demostrar al mundo cómo debe ser el arquetipo francés, aunque ello suponga otra diáspora. En Cataluña, José Montilla, político nacido en Córdoba, anhela por encima de todas las cosas ser catalán por lo que establece desde su presidencia cómo ha de comportarse todo el que deba serlo.

¿Qué tienen en común todos estos personajes? Comparten una visión etnocéntrica del mundo y cierta incapacidad para comprender a los demás. Por eso, decir a los que han despreciado a Carmen Laforet, a Juan Marsé, a Ana María Matute, a Mendoza, a Montalbán, etc., por escribir en español cuando según ellos debieron hacerlo en catalán, que no teman: la obra de estos escritores es tan extraordinaria que no pertenece a nadie, porque pertenece a todos.



lunes, 6 de septiembre de 2010

¿Una imagen vale más que mil palabras?

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, pero ¿es cierto? Probablemente no. Es muy probable que las imágenes impresionaran a nuestros mayores, pero hoy es un hecho que la gente no muestra un ápice de sensibilidad hacia la imagen. La imagen ha dejado de tener valor de tanto uso, lo muestra todo y no deja sitio a la imaginación, mientras más explícita sea mejor y menos posibilidades para el observador. Sin embargo, la palabra es otra cosa. La palabra evoca, se une a nosotros para siempre en nuestra mente en forma de cadencias, de versos, de eslóganes pegadizos, de deliciosos vocablos que sin motivo aparente nos encanta pronunciar, o ¿es que alguien se acuerda del nombre de alguno de los productos que muchos eslóganes publicitaban? "El frotar se va a acabar" decía una mujer cuya cara ya he olvidado, "In nature there is nothing melancholy" me repito siempre que me encuentro frente a la naturaleza gracias a un libro inolvidable. Quizá sea el momento de aquello que Platón llamaba "lo bello".
No hace mucho, en una entrevista bastante jugosa Harold Bloom se quejaba de la absurda necesidad actual de tener que disfrazar a los niños con el fin de que éstos puedan entender mínimamente las obras shakespereanas (disfraces de personajes como Othello, Hamlet o Macbeth). Por su parte, William Blake, hablaba de la salvación por el arte, la vía estética como vehículo de salvación. Afirmaba que Jesucristo era un esteta porque se expresaba en parábolas, que no es sino una forma artística de transmitir un mensaje. Sin duda es el momento de educar a los niños en la lectura, de enseñarles que existe una sensibilidad oculta para ellos detrás de todas esas imágenes, debemos aprovechar la debilidad de la foto porque Blake tenía razón: el Arte es Educación y, por tanto, una forma de salvación segura en ésta y en cualquier vida.
Ya no nos dice nada ver muerte o sufrimiento, ocurre a diario y en todas partes. Ya no nos emociona ver a alguien pasándolo mal, no avanzamos, no aprendemos, no crecemos, la catharsis se complica hasta su extinción.
Es del todo probable que los creadores del siguiente anuncio entendieran que con imágenes crudas y duras no es suficiente y en un intento por convencernos a todos decidieran revestir de belleza uno de esos momentos: