No a la Ley Sinde

jueves, 5 de mayo de 2011

Sobre la Educación actual

Quisiera hablar de un libro que tan sólo por la valentía que encierra merece un puesto de honor en cualquier canon de lecturas imprescindibles. El libro en cuestión es Repensar la Educación de Inger Enkvist (Ed. Internacionales Universitarias).

La autora realiza un pormenorizado análisis de la situación actual de la educación europea y española explicando paso a paso por qué estamos como estamos. En esencia, para Enkvist la culpa la tiene un grupo que ella denomina, no sin cierto tono despectivo, como pedagogistas.

Los pedagogistas son un grupo de especialistas en teorías de la educación científicamente no comprobadas -cosa que enfada a la catedrática y con razón-. Se trata de un gremio que tras haber leído a Piaget y a algún que otro autor como Foucault o Rousseau nos aseguran que el niño aprende jugando. Enkvist nos dice que de eso nada, que estudiar y aprender, que adquirir conocimientos requiere de esfuerzo y de una sistematización que está muy, pero que muy lejos de lo que los pedagogistas nos dicen.

La nueva pedagogía convierte al profesor en un "guía en la distancia" y afirma que el niño es su propio maestro, él mismo se marca las pautas de aprendizaje y elabora un nuevo conocimiento que algunos autores actuales como Ken Robinson denominan creatividad. Enkvist denuncia esta locura y nos dice que las escuelas nunca debieron abandonar el modelo que tenía los contenidos como centro de su programa, que en definitiva es lo que define a un colegio como colegio. La meta de todo centro educativo, nos dice la escritora, es formar adultos responsables y maduros que entren en la sociedad democrática con los recursos adecuados para poder encauzar su vida y esto sólo lo proporciona la educación sistemática y el estudio serio. Mientras que los contenidos (la literatura, la historia, el arte, etc.) pone a los niños de cara al mundo en el que viven; la nueva pedagogía los pone mirándose hacia sí mismos y hacia su circunstancia (ya sea económica, social, étnica, etc.), lo que explica el gran egoísmo de la juventud de hoy:

"Para realizar bien una tarea intelectual, se necesita disponer de conocimientos debidamente jerarquizados y sólidamente aprendidos. Si el alumno proviene de un ambiente cultural pobre, tendrá un marco cognitivo estrecho, caracterizado por un lenguaje pobre e ideas no fundadadas en verdaderos conocimientos. Para aprender más, el alumno necesita conocimientos del mundo, concentración y voluntad de aprender. En suma, no centrarse en su propia persona sino interesarse por el mundo."

Denuncia la concepción que los pedagogistas tienen de la escuela:

"Han decidido que la escuela debe convertirse en el lugar en el que se resuelve de una vez para siempre el problema de la desigualdad entre individuos. Con ese fin, diseñan programas sobre "valores", definidos desde la igualdad entre las clases sociales, las etnias, las culturas, las religiones, los sexos y las orientaciones sexuales. Se concentran en crear "ambientes pedagógicos" en lugar de transmitir contenidos y controlar que éstos hayan sido realmente asimilados."

Creo que todos los que tenemos contacto con la educación sabemos que lo que dice la autora es totalmente cierto. Por increíble que parezca los colegios se han convertido en grandes guarderías en las que los profesores luchan día tras día contra la desidia y la desmotivación, porque los colegios han decidido adaptarse al niño y no que éste se adapte al Centro. El resultado lo vemos ya: chicos sin motivación, sin conocimientos y bastante vagos.

En mi corta experiencia he podido observar que a los niños de hoy no les gusta esforzarse, yo pregunto ¿A quién sí? Pensar que esto se soluciona con nuevos métodos es una soberana tontería porque la falta de voluntad sólo se soluciona con voluntad, con la insistencia en el trabajo diario y con tesón.

Con respecto a lo de las nuevas metodologías, puedo decir que he llevado a varios grupos de estudiantes a un aula con ordenadores para trabajar y que jamás me han apartado para poder descubrir "las magníficas posibilidades de la educación interactiva". Más bien todo lo contrario, han querido apartarme para abrir Tuenti o Facebook y ante cualquier increpación por parte del profesor se han mostrado totalmente desilusionados. Y es que no hay que olvidar que los niños son niños, por lo que si se les brinda la posibilidad de jugar junto con la de estudiar, optarán siempre por el divertimento. En palabras de Enkvist "Se está cometiendo el mismo error en los países desarrollados que en los menos desarrollados, cuando piensan que la educación falla por falta de dinero para comprar ordenadores. Lo que falta es el esfuerzo intenso y sistemático".

Cuando nos centramos tanto en los aspectos contextuales de los chicos diluimos las responsabilidades que ellos mismos tienen para consigo victimizándolos. Es importante saber de qué contexto proviene cada cual, pero es más importante enseñarles que el contexto no lo es todo y que la decisión última de mejorar siempre está y estará en sus manos.

George Bernard Shaw, uno de mis escritores favoritos, respondió al ser preguntado sobre su experiencia educativa de infancia: "Mi educación fue interrumpida por mi formación escolar". Es probable que Shaw pretendiera desprestigiar la formación escolar a favor de una educación libre y sin esfuerzo; pero la verdad es que gracias a esa formación Shaw llegó a ser el gran escritor que fue. Tras aprehender los conocimientos que adquirió en la escuela sistemática Shaw innovó -fue creativo-; ello no hubiera sido posible sin una educación previa, sin unos conocimientos y una cultura que le valieron de soporte para crear cosas nuevas.

Según cuenta Enkvist, en Inglaterra ya están echando de las Instituciones a los pedagogistas y desechando la escuela comprensiva. En España ¿Necesitamos más pruebas de que sus métodos no sirven?

7 comentarios:

  1. Hola, Ruiz: estoy muy de acuerdo contigo. El desastre educativo hunde sus raíces en esas vulgatas roussonianas tan estúpidas. Fenomenal reseña de un libro que seguro merece ser leido.
    Saludos blogueros

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  2. Tienes toda la razón José Antonio, Rousseau y su EMILIO tienen muchísima culpa. El libro de Enkvist tendría que estar en las estanterías de todo el mundo para que nadie se llevara a engaño. Hemos menguado las capacidades de los estudiantes a niveles indescriptibles. Y las desigualdades sociales que están creando los pedagogistas no tienen parangón ¿Acaso la ignorancia no es el peor germen de desigualdad que jamás haya existido? Saludos José Antonio.

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  3. En mi país hace rato los pedagogistas hacen de las suyas. Miran la labor de pedagogistas extranjeros, de españa principalmente, y tratan de aplicarlas, ya sea en textos variados en donde cambian de un momento al otro el enfoque; o bien en seminarios masivos a los que los maestros tenemos que ir so pena de una sanción. Tu ensayo lo voy a imprimir y se lo voy a entregar al personal para someterlo a un debate. Ya te cuento...

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  4. Hola Abdón, en España que no se fijen porque nuestra educación dista mucho de lo que cualquier profesor consideraría " educación de calidad". Pero en fin, aquí hay pedagogistas que defienden que los alumnos tengan su propia "sala de alumnos" donde el profesor no pueda entrar, para que se democratice el Centro, esa anécdota la recoge Ricardo moreno en un librito titulado PANFLETO ANTIPEDAGÓGICO, pero que no es tan bueno como el de Enkvist. ¿Imagina? No es que los niños sean malos, es que son niños y muchos son premorales y no saben hasta donde llegar. Pero en fin, es un honor que me lea, sigo su blog (y al Colegio Abdón) muy de cerca. Saludos e increíble labor la que están realizando.

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  5. Leo estos artículos y me parece que conocieras la realidad de mi país. Generalmente se piensa que la educación es superior en Europa (y lo puede ser en muchos sentidos), pero las situaciones que planteas y que plantea Enkvist son asombrosamente similares a las de Ecuador. Chile también plantea con firmeza mejoras al sistema educativo y todos lo hacemos, pero parece que se tendiera a lo contrario. Hay falta de entrega del personal docente. Falta de motivación y orientación de los padres, descuido de los jóvenes. Se pide cada vez mejor preparación técnica y cientifica, pero nadie acierta a educar sistemáticamente en valores. Creo quie el asunto pasa por aquí: a nuestras sociedades les falta valores firmes de amor al trabajo, honradez, entrega, fidelidad, y un sinnúmero de etc. angustiante. Quienes nos encontramos en medio de todo esto, y que tratamos de hacer algo por la educación, a veces nos vemos solos en una lucha en la que pocos creen.

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  6. Hola; hace tiempo que no me paso por tu espacio. Me gustaría, si no te importa, copiar tu artículo y ponerlo en un grupo de facebook, que no tiene otro fin que mejorar la educación, fuera de todo político y sindicato. Un saludo.

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  7. Hola Pablo, perdona que no contestara antes, pero es que he estado algo incomunicado. Tienes mi permiso para colgar esto en ese grupo de Facebook. Saludos.

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