"En ese momento recuerdo otra imagen: Nietzsche sale de su hotel en Turín. Ve frente a él un caballo y al cochero que lo castiga con el látigo. Nietzsche va hacia el caballo y, ante los ojos del cochero, se abraza a su cuello y llora.
Esto sucedió en 1889, cuando Nietzsche se había alejado ya de la gente. Dicho de otro modo: fue precisamente entonces cuando apareció su enfermedad mental. Pero precisamente por eso me parece que su gesto tiene un sentido más amplio [...]. Su locura (es decir, su ruptura con la humanidad) empieza en el momento en que llora por el caballo."
MILAN KUNDERA, La insoportable levedad del ser
Maravilloso, de los mejores pasajes de La insoportable levedad del ser...
ResponderEliminarA mí también me encanta este pasaje Beatrix. Bienvenida al blog.
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